Carolina Batista: Nuevo miembro del Advisory Board Latam
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Carolina Batista: Nuevo miembro del Advisory Board Latam


“Llevo a todas partes el mensaje de la Carolina médico en la selva”

Carolina Batista, nuevo miembro del Advisory Board Latam, relata cómo su experiencia de médico en el Amazonas ayudará a potenciar la misión del Movimiento Salud 2030.



La vida de Carolina Batista está estrechamente ligada al Amazonas. Allí vivió sus primeros años como médica de Médicos sin Fronteras, y a bordo de una embarcación estrecha y sin muchas sofisticaciones navegó a lo largo y ancho del rio no solo en su natal Brasil sino también en Colombia y Perú. No era fácil. Sus pacientes hacían parte de poblaciones remotas y aisladas que hablaban idiomas distintos al portugués y el español. Además, tenían un acercamiento a las enfermedades diferente a la suya.


En esa época no había tantas soluciones tecnológicas como las de hoy. Pensar en telemedicina o en hacer diagnóstico clínico mediante un teléfono inteligente o siquiera tener un WhatsApp para enviar resultados, era el mejor de los sueños. Sin embargo, a pesar de lo precario, hoy reconoce que ese lugar le dio “la oportunidad de desarrollar una visión holística de la salud y ver las dificultades del día a día” en un lugar donde aparecían pacientes con enfermedades tan viejas que ella solo había visto en los libros. “Para muchos ya estaban erradicadas; aquí, eran parte de la cotidianidad”. De esta forma, veía en estos individuos la personificación de ausencia de recursos a la salud y el olvido estatal.


Estar allí también le dio la oportunidad de conectar con organismos importantes de Brasil y de Colombia como Etnollano, fundación con la que pudo hacer una cartografía de los indígenas. Tal vez lo más significativo es que pudo ver que las asociaciones eran indispensables para traer soluciones a los lugares más recónditos y generar un mayor impacto. “Las soluciones son posibles, pero necesitaban una alianza y un compromiso ya que la conexión entre las competencias de uno y de otro son cruciales”. Habla, por ejemplo, de lo importante que es la capacidad del privado para crear soluciones, pero a eso le hace falta la capilaridad de los sistemas públicos de salud en los lugares donde están las personas que necesitan de esa innovación. A esto se añade que “lo que funciona en Bogotá no funciona en Puerto Nariño”, dice.


Todo eso la llevó a saltar a otro nivel más alto en cuanto a toma de decisiones. Hoy trabaja en Baraka, una fundación cuyo nombre en suahili -y, curiosamente, también en hebreo- significa ‘bendiciones’ y cuyo objetivo es movilizar fondos de diferentes fundaciones privadas a emprendedores que trabajen en soluciones para transformar la salud en países emergentes. “Aunque es un trabajo en finanzas, para mi tiene todo que ver con ser médica porque el objetivo es buscar fondos para la gente que está muy cerca de los problemas que yo conocí en Medellín, en India, África o Brasil”.


Estas soluciones tienen una fuerte base digital: aplicativos de telefonía móvil para hacer gestión de medicamentos en enfermedades crónicas, creación de protocolos clínicos en tabletas y teléfonos, y otros equipos que cuando ella estaba África eran parte de su lista de deseos. “Hoy ocupo otro lugar en la toma de decisiones y en mesas en la Organización Mundial de la Salud que tienen poder de cambio”. Cuando toma un asiento allí siempre lo hace conectada con sus raíces en esas comunidades y en sus problemas diarios. “Siempre intento llevar el mensaje de la Carolina que era médico ahí en la selva, en un barco pequeño intentando encontrar soluciones a esos problemas”. Esas soluciones deben estar adaptadas a contextos específicos.


Con todo esto, no resulta difícil entender por qué cuando Carolina escuchó hablar del Movimiento Salud 2030 fue como música para sus oídos. “Me sentí como leyendo mi historia, con los problemas de salud pública de nuestra región, los más urgentes, los que necesitan intervenciones innovadoras y futuristas y que son también los problemas más antiguos. Me sentí viendo en un espejo mi trayectoria, mis ideas, pero también mi pasión y mi compromiso fuera del business as usual”.


Los desafíos en materia de salud en Latinoamérica son enormes. Uno consiste en cerrar las brechas en el acceso de banda ancha en la región porque para ella, estas herramientas deben ser puentes para resolver problemas y no para ampliar las desigualdades. El otro desafío es aumentar el personal sanitario porque su distribución en la región es muy desigual. Otro asunto es la infraestructura de hospitales y las clínicas de atención primaria, y, por último, está el desafío de ser países con doble perfil epidemiológico, con enfermedades infecciosas de un lado y por el otro, las crónicas no comunicables como la obesidad, hipertensión, diabetes y cáncer.


Formar médicos lleva tiempo y construir hospitales también. Por eso es una convencida de que hay que trabajar en soluciones a corto plazo, remotas, digitales que ayuden a solucionar estos problemas. Son desafíos enormes, pero como ella diría citando a Mandela, “todo parece difícil hasta que se hace”. Y de la mano del Movimiento, que avanza con el poder de la colectividad, esta médica del Amazonas siente que sus sueños se convertirán en realidad.



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